Un dedo
se apoya insondable
sobre mis sienes
revela un suspiro
que se prende en sus velos,
abre un camino
(crepúsculo)
que se cierra en el alba
de mis ojos,
de mis venas
que no se suturan
ni clausuran el destino.
Mi piel converge en el silencio,
se pliega y cierra el vacío
con cruel designio
que roba el alma
y vuela por el vino,
el camino:
que atraviesa mis sentidos.
SIEN
Publicado por
Die Alborz
on lunes, 8 de marzo de 2010
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