Astillas de soledad (Conclusión)

Estoy harto
de la vida que acaba
del suave canto de sirena
que engalana;
El tedio del perdón:
la vida.

No me basta
seguir siendo el mismo
despojo de siempre,
decadente
entre las rocas del alma
clavando mis pensamientos.

Ya no surten efecto
aquellos paliativos
llamados sentimientos
inmune a todo
pero no a mi mismo
se cayeron las cruces
para astillar mis temores,


tal vez la soledad.

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